martes, 7 de febrero de 2012

12 Recomendaciones del GdT de la SEMFYC

1. Los profesionales que realizan mediciones de la presión arterial deben emplear aparatos validados cuya precisión, incluidos los electrónicos, debe ser revisada periódicamente, y deben recibir una formación adecuada para utilizar una técnica estandarizada de medición que se debe comprobar periódicamente (D).
2. Para diagnosticar la hipertensión arterial (HTA) precozmente, se recomienda el cribado mediante una estrategia oportunista a través de la medición periódica de la presión arterial (PA) clínica (B).
3. En personas mayores de 18 años, se considera HTA la elevación persistente de la presión arterial sistólica (PAS) > 140 mmHg, de la presión arterial diastólica (PAD) > 90 mmHg, o ambas.
Excepto en elevaciones intensas de la PAS  180 mmHg, de la PAD > 110 mmHg, o ambas, que requieren un tratamiento inmediato, la elevación de la PA se debe confirmar en al menos dos visitas más yen cada visita se deben realizar al menos tres mediciones. Se deben promediar los valores de la PA de las dos últimas mediciones de las tres visitas (D).
4. La monitorización ambulatoria y la automedición de la PA son métodos que pueden tener utilidad en el diagnóstico de la HTA mantenida, clínica aislada y enmascarada, ya que el aumento de la PA detectado mediante estas técnicas se relaciona con las complicaciones cardiovasculares (B).
Las cifras que definen la HTA mediante monitorización ambulatoria son: media de la PA de 24 horas > 130/80 mmHg (C), media de la PA en el período de actividad > 135/85 mmHg y media de la PA en el período de descanso > 120/70 mmHg (D).
Las cifras que definen la HTA mediante automedición son > 135/85 mmHg (B).
El diagnóstico de hipertensión clínica aislada(HBB) se debe buscar, fundamentalmente, en aquellos pacientes sin lesión de órgano diana, diabetes mellitus ni enfermedad renal crónica (D).
5. Se recomienda calcular el riesgo cardiovascular global en todos los pacientes hipertensos mediante el uso de modelos de valoración multifactorial del riesgo (A). En España, con un amplio consenso, se recomienda el uso de la tabla de riesgo de las Sociedades Europeas de Hipertensión y Cardiología, del proyecto SCORE, o ambas (D).
6. Además de confirmar la elevación mantenida de la PA y estimar el riesgo cardiovascular global, el estudio inicial del paciente hipertenso tiene varios objetivos: evaluar la posible afectación de los órganos diana, detectar posibles causas de hipertensión secundaria, comprobar la existencia de otras enfermedades asociadas y seleccionar el tratamiento más adecuado (D).
Este estudio debe incluir: exploración física (peso, talla, exploración cardiovas cular, incluido el índice tobillo/brazo en pacientes seleccionados), análisis (hemograma, glucemia, creatinina, sodio, potasio, ácido
úrico, colesterol, triglicéridos, colesterol HDL [cHDL], colesterol LDL [cLDL], sedimento y cociente albúmina/creatinina), fondo de ojo (D) y electrocardiograma (ECG) (C).
7. Los pacientes con HTA y con PA normal-alta deben recibir consejo profesional para disminuir el contenido de sodio en la dieta (A), sobre la práctica de ejercicio físico aeróbico adaptado a sus
características (A), para reducir el peso si presentan sobrepeso/ obesidad (A), disminuir el consumo excesivo de bebidas alcohólicas (A) y basar su alimentación en una dieta rica en frutas, verduras
(A) y pescado (B). Para reducir el riesgo cardiovascular se recomienda ofrecer consejo y ayuda a los fumadores para que dejen de fumar (A).
8. Se propone conseguir, manejar la HTA, con cifras de PAS < 140 mmHg y de PAD < 90 mmHg (B).
9. Es recomendable iniciar el tratamiento farmacológico en pacientes con PAS mantenida > 160 mmHg y/o PAD > 100 mmHg (A), en pacientes con PAS > 140 mmHg, PAD > 90 mmHg, o ambas, con afectación de órganos diana (D) y en aquellos con PAS entre 140-159 mmHg, PAD entre 90-99 mmHg, o ambas, con riesgo cardiovascular elevado (D) o con riesgo bajo o moderado que no tengan su PA bien controlada con medidas no farmacológicas (D).
10. En pacientes sin enfermedad asociada los metaanálisis de los ensayos clínicos demuestran que, en general, el principal beneficio del tratamiento antihipertensivo proviene del propio descenso de la PA, más que del tipo de fármaco seleccionado (diuréticos, calcioantagonistas, IECA, ARA II). En algunas circunstancias, hay indicaciones o contraindicaciones de algún antihipertensivo (A). No se recomienda utilizar los BB ni los alfabloqueantes como fármacos de primera línea en el tratamiento inicial de la HTA no complicada (A).
11. Para favorecer el cumplimiento de los tratamientos antihipertensivos se recomienda simplificar las pautas de dosificación: reducción de dosis, asociación de fármacos en un solo comprimido (A), y utilizar estrategias combinadas: sesiones grupales con refuerzo postal, educación o entrevista motivacional en consulta programada (B).
12. Los pacientes tratados con fármacos deben ser revisados cada mes o 2 meses, según su cifra de PA, hasta que las lecturas en dos visitas sucesivas estén controladas (D). Se recomienda una visita semestral, una vez conseguidas las cifras de buen control (B), una visita médica anual que incluya exploración física, análisis, revaloración del riesgo cardiovascular, afectación orgánica e idoneidad del tratamiento (D) y la realización de un ECG, al menos cada 5 años (D).