Los estudios han demostrado que una mayor ganancia en índice de masa corporal durante la infancia se relaciona con un inicio más temprano de la pubertad (4, 5) que pudieran derivarse de la consecución de un índice de masa corporal requisito mínimo a una edad más joven. Los factores ambientales, incluidas las condiciones socioeconómicas, la nutrición y el acceso a la atención sanitaria preventiva, pueden influir en el momento y la progresión de la pubertad (6).
Longitud de ciclo y la ovulación
Los ciclos menstruales suelen ser irregulares durante la adolescencia, sobre todo el intervalo entre el primer ciclo al segundo ciclo. La mayoría de las mujeres sangran durante 2-7 días durante su primera menstruación (9, 10). La inmadurez del eje hipotálamo-hipófisis-ovario durante los primeros años después de la menarquia a menudo resulta en la anovulación y los ciclos pueden ser un poco largo; sin embargo, 90% de los ciclos estará dentro de la gama de 21-45 días (11), aunque pueden ocurrir ciclos cortos de menos de 20 días y los ciclos largos de más de 45 días. Por el tercer año después de la menarquia, el 60-80% de los ciclos menstruales son 21-34 días largos, como es típico de los adultos (10–12).