Jugando calcular el riesgo de
ejercicios para prevenir o steoporosis
Modificación química | Ejemplo | P.R.B |
Primera generación |
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| Etidronato | 1 |
| Clodronato | 10 |
Segunda generación |
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Grupo amino terminal | Tiludronatoa | 10 |
| Pamidronato | 100 |
| Alendronato | 100 - 1000 |
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Tercera generación |
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Lado de cadena cíclica | Risedronato | 1000 – 10.000 |
| Ibandronato | 1000 – 10.000 |
| Zolendronato | 1000 – 10.000 |
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| 10.000 + |
El etidronato inhibe la mineralización del hueso a la misma dosis que inhibe la resorción ósea. Su índice terapéutico 1:1 es desfavorable y es posible que por ello la FDA no lo haya aprobado para el tratamiento de la osteoporosis. No obstante, hay que anotar que cuando se lo utiliza cíclicamente no produce osteomalacia. La dosis del alendronato que inhibe la mineralización es mil veces la que inhibe la resorción. En un estudio de biopsia de hueso transiliaco a 24 y 36 meses después del inicio del tratamiento con alendronato confirmó que la mineralización del hueso fue normal y que la resorción trabecular estuvo marcadamente disminuída.
Tanto el alendronato como el risedronato son los bisfosfonatos de primera elección en el tratamiento de la osteoporosis postmenopáusica, especialmente en mujeres mayores de 60 años. Estas drogas han demostrado un efecto favorable en la reducción del riesgo de fracturas vertebrales y no vertebrales, particularmente en pacientes con mayor riesgo de fracturarse. Si bien los bisfosfonatos incrementan la DMO, este incremento no es el único responsable de la disminución del riesgo de fracturas. En el estudio More, el raloxifeno incrementó la DMO mucho menos que los bisfosfonatos, pero obtuvo una reducción del riesgo de fracturas similar a ellos.
Estos compuestos han sido utilizados hasta durante 7 años sin observarse un incremento de eventos adversos serios.
Los bisfosfonatos pueden depositarse en el hueso por más de 10 años, y la supresión del remodelamiento del hueso por uso prolongado pudiere alterar ciertas propiedades biomecánicas del hueso, tal como lo indica un ensayo realizado en perros.
• Fármacos que no dispensa la Seguridad Social
Adapaleno, alcanfor+mentol, ác. acelaico, benzidamida tópico bucal, bisacodilo, bupropión, calamina, cinc óxido, clorhexidina tópica, desogestrel, dexametasona nebulizada, difenhidramina, dimenhidrinato, doxilamina, etinilestradiol/desogestrel, etinilestradiol/gestodeno, glicerol, hidroquinona, ipecacuana, isotretinoína tópica, levonorgestrel, lindanO, metilcelulosa, minoxidilo, nicotina tópica, nitrato de plata, oximetazolina nasal, pasta Lassar, peróxido de benzoílo, piritionato de cinc, povidona yodada, quinina, salvado de trigo, selenio sulfuro, sildenafilo, sodio fosfato, tetraciclina tópica, tretinoina tópica, triamcinolona tópica, trisodio citrato, urea tópica, vaselina.
• Fármacos que deben administrarse en ayunas
Acarbosa, acetazolamida, alendrónico ac, ampicilina, atenolol, azitromicina, bisacodilo, captopril, carbon activado, cefalexina, cloranfenicol oral, cloxacilina, colestiramina, domperidona, doxiciclina, eritromicina, etidrónico ac, fenoximetilpenicilina, fluconazol, fosfomicina, furosemida, glibenclamida, gliclazida, glipizida, goma guar, griseofulvina, hidroclorotizida, insulina, isoniazida, isosorbida mononitrato, josamicina, levotiroxina, megestrol, mesalazina, miglitol, nateglinida, norfloxacino, penicilamina, pirazinamida, pirvinio pamoato, plantago ovata, propranolol, repaglinida, rifampicina, risedronato, rizatriptan, sildenafilo, sucralfato, sulfadiazina, sulfasalazina, sulfato ferroso, tetraciclina, trimetoprim-sulfametoxazol, verapamilo.
• Fármacos que precisan control analítico de efectos secundarios
Acarbosa, acenocumarol, acetazolamida, ác. alendrònico, amiodarona, benzbromarona, betametasona parenteral, sales de calcio, calcipotriol, captopril, carbamazepina, ciproterona acetato, citrato potásico, clorpromazina, desmopresina, dexametasona parenteral, dexclorfeniramina, etambutol, fluconazol, flulfenazina, gemfibrozilo, hidroclorotiazida, hidrocortisona, isoniazida, itraconazol, ketoconazol oral, lactitol, lactulosa, lamotrigina, litio, lovastatina, mebendazol, mesalazina, metamizol, metildopa, metilfenidato, metilprednisolona, mianserina, nadroparina, nateglinida, olanzapina, penicilamina, pirazinamida, pirimetamina, povidona yodada, prednisolona oral, prednisona, repaglinida, rifampicina, simvastatina, suero glucosado, tiamazol (metimazol), timidazol, tioridazina, triamcinolona acetónido, ác. valproico, vitamina D3.
• Fármacos que precisan monitorización de niveles plasmáticos
Acenocumarol, carbamazepina, digoxina, fenitoina, gentamicina, itraconazol, litio, primidona, teofilina, ác. valproico, vancomicina parenteral.
• Fármacos que deben conservarse en frigorífico
Alprostadilo, calcitonina, desmopresina, dexametasona colirio, formoterol, glucagón, inmunoglobulina antitetánica, inmunoglobulina hiperinmune VHB, insulina, latanoprost, vacunas.
• Fármacos que sólo pueden prescribirse en la atención especializada
Alprostadilo, benzbromarona, ceftriaxona, donepezilo, finasterida, gonadotropina coriónica humana, hierro-sacarosa, isotretinoína oral, pentamidina inhalada, vacuna conjugada neisseria meningitis C, vacuna Hemophilus influenzae tipo b, vacuna HDCV, vacuna neumococo polisacarida, vacuna varicela, vancomicina parenteral.
• Fármacos que precisan visado de inspección
Benzbromarona, ceftriaxona, donepezilo, finasterida, gonadotropina coriónica humana, isotretinioina oral, repaglinida, vacuna conjugada neisseria meningitis C, vacuna Hemophilus influenzae tipo b, vacuna hepatitis A, vacuna hepatitis B, vacuna neumococo conjugada, vacuna neumococo polisacarida, vacuna varicela, vancomicina parenteral.
• Fármacos que necesitan receta de estupefacientes
Cloruro mórfico, fentanilo, petidina.
• Fármacos que disponen de antídoto específico
Acenocumarol, alprazolam, ciclopentolato colirio, clorazepato dipotásico, cloruro mórfico, codeína, dalteparina, dextrometorfano, diazepam, digoxina, dihidrocodeína, donepezilo, fentanilo, isoniazida, loperamida, lorazepam, lormetazepam, nadroparina, nateglinida, paracetamol, petidina, povidona yodada, repaglinida, tramadol, trospio cloruro, zolpidem.
Adaptadas de www.regicor.org
Estas tablas están adaptadas a las características de la población catalana mediante un proceso de calibrado bien contrastado [1-4], y se han validado con los datos del estudio VERIFICA. Las tablas permiten hacer una estimación del riesgo de un episodio coronario, angina e infarto de miocardio (mortal o no) a 10 años.
Para evaluar el riesgo, en primer lugar hay que seleccionar para cada paciente la tabla correspondiente, según la presencia de diabetes, el sexo, la edad y el hábito tabáquico. A continuación, hay que buscar en la tabla el punto de intersección de la presión arterial con el colesterol total, y buscar la columna de valor central ± 20 mg/dl (± 0,5 mmol/dl). El valor inscrito en la casilla encontrada por este procedimiento indica el riesgo a 10 años que se puede interpretar por tramos de riesgo según el código de colores que hay en la leyenda situada al pie de las tablas.
Si se dispone del valor del colesterol de HDL, se puede corregir el riesgo multiplicando por 1,5 si se encuentra por debajo de 35 y por 0,5 si se encuentra por encima de 59. La lectura es directa si el valor se encuentra entre 35 y 59 mg/dl.
Se recomienda utilizar un punto de corte a partir del 10% de riesgo a 10 años por considerar el tratamiento farmacológico de la hipercolesterolemia. El 9,3 % de la población de 35 a 74 años tiene un riesgo del 10% o más según la función adaptada de REGICOR, con una sensibilidad de 36,8% y una especificidad de 88,3%.
Nota: Los pacientes con valores de presión arterial sistólica >180 mmHg o diastólica >110 mmHg, y de colesterol LDL > 240 mg/dl, no necesitan calcular el riesgo para determinar un tratamiento farmacológico concreto. En los pacientes con hipercolesterolemia familiar, hipertrigliceridemia o historia familiar de muerte cardiovascular prematura, u otros factores de riesgo no contemplados en la tabla, el riesgo es superior al marcado en las tablas.
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1. Wilson PW, D’Agostino RB, Levy D, Belanger AM, Silbershatz H, Kannel WB. Prediction of coronary heart disease using risk factor categories. Circulation 1998;97:1837-47.
2. D'Agostino RB, Grundy S, Sullivan LM, Wilson P, CHD Risk Prediction Group. Validation of the Framingham Coronary Heart Disease Prediction Scores: Results of a Multiple Ethnic Groups Investigation. JAMA 2001;286:180-7.
3. Marrugat J, Solanas P, D’Agostino R, Sullivan L, Ordovas J, Cordón F, et al. Estimación del riesgo coronario en España mediante la ecuación de Framingham calibrada. Rev Esp Cardiol 2003;56:253-61.
4. Marrugat J, D’Agostino R, Sullivan L, Elosua R, Wilson P, Ordovas J, et al. An adaptation of the Framingham coronary risk function to southern Europe Mediterranean areas. J Epidemiol Comm Health 2003;57(8):634-8.
5. Ramos R, Solanas P, Cordón F, Rohlfs I, Elosua R, Sala J, et al. Comparación de la función de Framingham original y la calibrada del REGICOR en la predicción del riesgo coronario poblacional. Med Clin (Barc) 2003;121:521-6.
B. Tabla SCORE (Systematic Coronary Risk Evaluation) |
Estas recomendaciones establecen las siguientes prioridades para la prevención cardiovascular en la práctica clínica:
1 La extrapolación del riesgo a los 60 años es controvertida. En los pacientes jóvenes con varios factores de riesgo pero que por la edad no se consideran de alto riesgo, antes que etiquetarlos como tales haciendo una simple extrapolación, se debería hacer hincapié en el consejo y los cambios en los estilos de vida. |
INSTRUCCIONES PARA USAR LAS TABLAS
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Modificadores del riesgo El riesgo cardiovascular puede ser mayor que el indicado por la tabla en:
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La obesidad es una enfermedad crónica tratable. Se produce cuando existe un exceso de tejido adiposo (grasa) en el cuerpo. Aparte del problema que de por sí representa la obesidad, los expertos advierten de que sus efectos más negativos se producen porque actúa como un agente que exagera y agrava a corto plazo y de forma muy evidente patologías graves como la diabetes, la hipertensión, las complicaciones cardiovasculares (especialmente la cardiopatía isquémica), e incluso algunos tipos de cáncer como los gastrointestinales.
Hay muchas causas implicadas en la aparición del problema. Aparte, de los malos hábitos de vida (mala alimentación y falta de ejercicio físico) también existen factores genéticos y orgánicos que inducen su aparición.
La obesidad se clasifica en dos tipos: central o androide y periférica o imoide. La primera es la más grave y puede conllevar importantes complicaciones patológicas. La obesidad central localiza la grasa en el tronco y predispone a sufrir complicaciones metabólicas (especialmente la diabetes tipo 2 y las dislipemias). La obesidad periférica acumula el depósito de grasa de cintura para abajo y produce problemas de sobrecarga en las articulaciones.
• Obesidad mórbida. La obesidad mórbida es una de las enfermedades más características de nuestro tiempo, sobre todo por el número de complicaciones que tiene asociadas. Para tratarla es necesario el empleo de la cirugía, ya que las dietas no surten ningún tipo de efecto. Las técnicas para reducirla son de dos tipos: reseccionistas, encaminadas a inducir una mala absorción de los alimentos, o restrictivas. Las segundas son menos agresivas, ya que no precisan resecar nada; basta con reducir el tamaño del estómago para que el paciente no pueda comer. La cirugía reseccionista es la única forma de que el enfermo pierda peso en muchos casos de obesidad mórbida. Con las técnicas reductoras se producen menos efectos secundarios, pero no se pierde peso con la misma facilidad. Existen tres técnicas quirúrgicas para la obesidad mórbida: la gastroplastia vertical o técnica de Maxon, la gastroplastia con banda gástrica ajustable o el "by-pass" gástrico.
• Obesidad infantil. Entraña alteraciones endocrinometabólicas que condicionan un mayor riesgo cardiovascular en la edad adulta. Estos factores se relacionan, fundamentalmente, con la edad de inicio de la obesidad y con el tiempo de evolución. Cuando la obesidad se presenta en edades muy tempranas o cuando el tiempo que se ha estado padeciendo es prolongado, el riesgo de presentar eventos cardiovasculares en la edad adulta es también más elevado. Los médicos aconsejan que para prevenir la obesidad en los niños es bueno que la dieta sea variada y elástica, reduciendo las grasas de la bollería, pastelería y la comida industrial en general. También es fundamental que hagan ejercicio, que sean conscientes de que deben tener una alimentación sana y que no vean tanto la televisión.
La mejor forma de tratar la enfermedad es previniéndola, identificando precozmente a los pacientes en los que a partir de los 20-25 años comienza a cambiar el peso. Los médicos consideran que el obeso debe ser considerado como un enfermo crónico que requiere un tratamiento a largo plazo, con normas alimentarias, modificación de los hábitos de conducta, ejercicio físico y terapia farmacológica. Los nuevos enfoques terapéuticos están basados en promover una pérdida de peso con programas de control de las enfermedades y problemas asociados, que dan lugar a problemas vasculares, cardiacos y metabólicos.
El obeso no debe perder kilos sino masa grasa, con pérdidas pequeñas y duraderas que impliquen una rentabilidad metabólica. Es necesario consolidar la pérdida de peso a largo plazo, y además, reducir el riesgo de muerte prematura, de enfermedad cardiaca, metabólica y vascular. En ciertos casos, los médicos pueden decidir que, además de cambiar la dieta y realizar ejercicio físico, es necesario completar el tratamiento con fármacos, que deben ser administrados con una dieta moderadamente hipocalórica y equilibrada.