lunes, 1 de septiembre de 2008

Consejos para la práctica de deportes al aire libre durante la época estival


Dentro de la línea de recomendaciones prácticas que está llevando a cabo la Sociedad Española de Traumatología del Deporte (SETRADE), y recopilados por el Dr. Fernando Ávila España, se recogen una serie de medidas básicas para prevenir y tratar las posibles lesiones que se pueden derivar de la práctica amateur o profesional de algún tipo de deporte durante el verano.

CONDICIONES AMBIENTALES
Temperatura y humedad: es necesario controlar ambos factores. Con una temperatura de 32º C y una humedad relativa del 80% el cuerpo no evapora agua a través del sudor y, por lo tanto, no hay pérdida de calor. En estas condiciones se debe evitar la práctica de ejercicio físico.
Viento: la presencia de viento incrementa el flujo de aire sobre la piel, facilitando la pérdida de calor.
Sol: las radiaciones solares incrementan la temperatura del cuerpo, de forma directa y a través de las reflejadas por el agua y la arena. Además, hay que tener especial cuidado con la piel, debido al riesgo de quemaduras y cánceres de piel.

ROPA DEPORTIVA
La ropa debe favorecer la pérdida del calor corporal, para lo cual debe utilizarse la mínima posible, debe estar fabricada con fibras naturales y debe ser holgada. Los colores deben ser claros, a ser posible blancos, para reflejar todo el espectro solar y dentro de la equipación deben incluirse el uso de gafas de sol y gorra.

RECUPERACIÓN DE FLUIDOS
Es fundamental la ingesta de agua para evitar cuadros de deshidratación. Se debe realizar siguiendo este protocolo:
· Antes: se deben ingerir 250 ml antes de la práctica deportiva y se debe pesar antes de iniciar la práctica deportiva.
· Durante: se deben beber 250 ml cada 30 minutos de actividad, para evitar que el deportista tenga sed, signo inequívoco de deshidratación inicial.
· Después: el atleta se debe pesar después de la actividad e ingerir un litro y medio de agua por cada kilogramo de peso perdido.

LESIONES TRAUMÁTICAS
Las lesiones son características de cada deporte. Teniendo en cuenta las lesiones que se registran más habitualmente en la playa y la montaña, a continuación se describe la actuación antes los tipos más frecuentes:
· Contusión, torcedura: aplicar hielo y encima un vendaje para mantenerlo frío.
· Esguince o distensión violenta de una articulación: reposo o vendaje en el caso de que tenga que mantener el movimiento, aplicar frío para disminuir la inflamación y el dolor, y elevar el miembro lesionado.
· Luxación o separación permanente de una parte de los huesos: no tratar de colocar el hueso en su lugar, aplicar frió para reducir la inflamación e inmovilizar la zona.
· Calambre o contractura involuntaria y transitoria de un músculo: se debe estirar el músculo y luego aplicar un suave masaje.
· Contractura o contracción involuntaria, duradera o permanente de un músculo: aplicar masaje local.
· Desgarro o rotura muscular: aplicar hielo, reposo e inmovilización de la zona.
· Fracturas o interrupción de la continuidad de un hueso: no tratar de colocar el hueso roto, aplicar hielo, mantener el reposo e inmovilizar con una férula (soporte rígido).

LESIONES TRAUMÁTICAS DENTRO DEL AGUA
¡Atención¡ En el agua se pierde la capacidad de localizar el origen del sonido, lo que hay que tener en cuenta para evitar ser arrollado por barcos a motor. Recordar que los barcos a vela no producen ningún ruido debajo del agua.
Lumbalgia del escafandrista: las personas que realizan buceo con botellas deben evitar cargarse las mismas desde el suelo. Es deseable recibir ayuda para su colocación, cargarlas desde una silla o bien si tienen experiencia cargarlas en el agua.
Accidentes por zambullida: a menudo ocurren malas caídas que producen fuertes contusiones sobre el agua. Sin embargo, la lesión traumática mas grave se produce al no calcular la profundidad del fondo y sufrir un impacto craneal y un síndrome de latigazo cervical con riesgo de lesión neurológica.

GOLPE DE CALOR
El golpe de calor es una amenaza para todas las actividades deportivas realizadas al aire libre, que se produce por la combinación de ambiente caluroso, ejercicio extenuante, utilización de ropa que limita la evaporación del sudor, una insuficiente adaptación al calor, excesiva grasa corporal, y/o carencia de buena forma física. Dado que es una situación de urgencia médica muy grave, es esencial un diagnóstico precoz y un tratamiento inmediato.
Signos de alerta del golpe de calor: irritabilidad, confusión, apatía, inestabilidad emocional, fatiga en reposo, escalofríos, piel de gallina, nauseas y vómitos.
Prevención: facilitar descansos frecuentes intercalados con la actividad, en áreas de sombra e ingiriendo líquidos fríos. En caso de doble sesión de trabajo, se debe aumentar el tiempo entre ellas (huyendo de las horas centrales del día).
Si aparecen síntomas de sospecha (desorientación, incoherencia, técnica deportiva inadecuada), hay que detener la práctica deportiva.
Vigilar especialmente a personas con sobrepeso y a aquellas previamente enfermas con problemas de fiebre, diarrea o vómitos.
Puede estar recomendado bajar la temperatura previamente al inicio de la actividad física. Para ello, se puede utilizar un baño de agua fría para reducir la temperatura corporal interna.
Tratamiento: es imprescindible enfriar de forma inmediata (in situ). Sumergir al paciente en una bañera de agua fría o helada. Evitar el sobreenfriamiento controlando la temperatura rectal para que no descienda de 39ºC. Posteriormente, se debe transportar al paciente lo antes posible al medio hospitalario para atenderlo como urgencia grave.

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