jueves, 1 de noviembre de 2012

PERFILES DE SOLICITUD DE ANALÍTICA DE RUTINA EN ATENCIÓN PRIMARIA:

Examen periódico de salud: analíticas para el cribado poblacional
  1. Sólo hay suficiente evidencia científica para recomendar la práctica de una glucemia en el adulto asintomático. La cifra de glucemia debería determinarse en los adultos mayores de 45 años con periodicidad trianual.
  2. En cuanto a la determinación de colesterolemia es objeto de controversia. El grupo de trabajo considera que el desarrollo de actividades preventivas con base poblacional (incluyendo el screening oportunista en la consulta del médico), debe basarse en pruebas firmes y, en ausencia de las mismas, como es este caso, debe desaconsejarse el screening.
Hipertensión arterial
  1. En el estudio inicial de un paciente hipertenso sólo debería realizarse la determinación rutinaria de: creatinina, iones, glucemia, colesterol total, proteinuria y hematuria mediante tira reactiva en orina.
  2. El desarrollo de una estrategia multifactorial obliga a añadir a este estudio inicial la evaluación de los parámetros que se incluyen en el cálculo del riesgo cardiovascular. Por ello, es necesario incluir en el estudio inicial el perfil analítico de colesterol HDL.
  3. La determinación de otros parámetros debe estar basada en otro tipo de criterios clínicos.
  4. En el control evolutivo del hipertenso es conveniente vigilar la creatinina sérica así como la determinación de proteinuria y bioquímica urinarias mediante tira reactiva. Además:
    • en pacientes con tratamiento diurético es obligado monitorizar los niveles de potasio.
    • el tratamiento con b -bloqueantes sin actividad simpáticomimética intrínseca (aSI) requiere, así mismo, de la monitorización de los niveles de lípidos.
    • la evaluación periódica del riesgo cardiovascular requiere, además, la determinación del perfil lipídico.
    • si el paciente es diabético, será necesario monitorizar también la presencia de microalbuminuria.
  5. No hay elementos concluyentes para recomendar la periodicidad de estas recomendaciones. La actitud más adecuada, en opinión de expertos, sería una revisión anual una vez que se ha asegurado la ausencia de efectos secundarios a corto plazo de instaurado el tratamiento.
Diabetes mellitus
  1. Según la evidencia científica disponible y las recomendaciones de las diferentes guías el estudio inicial en el paciente diabético debería limitarse a: glucosa basal, hemoglobina glicosilada (Hba1c) de forma semestral, creatinina, colesterol total, triglicéridos y proteinuria mediante tira reactiva en orina
  2. La determinación de otros parámetros como el ionograma (Na y K) debe estar basada en otro tipo de criterios clínicos.
  3. Para vigilar la evolución del paciente diabético tipo II con control metabólico aceptable es conveniente establecer un plan de monitorización periódico.
  4. Si el paciente no realiza autocontrol con tiras reactivas, se aconseja una glucemia basal cada uno o dos meses.
  5. En el paciente con buen control metabólico y autocontrol con tiras reactivas los controles serían trimestrales.
  6. La periodicidad del resto de determinaciones no estaría avalada por opiniones basadas en la evidencia. En opinión de los expertos, sería recomendable realizar anualmente una determinación de colesterol total y de triglicéridos. De observarse alteraciones en alguno de estos parámetros, su periodicidad y tipo de determinación (HDL, LDL...) dependería de los criterios aplicables a las dislipemias.
  7. asimismo, se recomienda la realización de creatinina sérica y la detección sistemática de microalbuminuria con periodicidad anual.
Hipercolesterolemia
  1. Debe diferenciarse en el momento del diagnóstico entre una dislipemia primaria o secundaria. Como analítica básica se plantea la determinación de la glucemia, creatinina, urea, GOT, GPT, hemograma y sistemático de orina; en el caso de sospecha de hipotiroidismo se solicitarán pruebas de función tiroidea (TSH).
  2. La cuantificación de lipoproteínas LDL, HDL, VLDL puede ser necesaria en el estudio inicial para clasificar genotípica y fenotípicamente el tipo de dislipemia y es precisa la evaluación de los posibles factores de riesgos cardiovasculares.
  3. En los pacientes sin enfermedad cardiovascular (tratamiento con dieta y cambios en el estilo de vida), el seguimiento y la reevaluación se realizará a los 3 meses de iniciar el tratamiento con dieta. Si se consigue el objetivo fijado (en función de los niveles de LDL), se solicitará colesterol total y perfil lipídico a los 6 meses y posteriormente de forma anual.
  4. En la reevaluación de los pacientes con enfermedad cardiovascular debe tenerse en cuenta que el máximo efecto depresor del LDL-colesterol se alcanza a las 4-6 semanas de iniciado el tratamiento; por lo que la primera determinación debe realizarse a las 6-8 semanas de iniciado el mismo. Una vez conseguido un buen control, y descartada la aparición de toxicidad bioquímica, se repetirán los controles cada 4-6 meses.
  5. El control de los efectos secundarios dependerá del fármaco empleado. Pacientes en tratamiento con inhibidores de la HMG-Coa reductasa o con fibratos sería adecuado la determinación de la GOT, GPT, y CPK cada 3-6 meses durante el primer año de tratamiento. Aquellos enfermos en tratamiento con ácido nicotínico sería recomendable la determinación del ácido úrico. Si durante el primer año de tratamiento no han aparecido efectos adversos la periodicidad del control de estos parámetros puede ser anual previa recomendación de consulta si aparecen síntomas musculares.
Modelo analítico propuesto
Según la evidencia científica descrita en los puntos anteriores, el modelo analítico anual propuesto en cada una de las situaciones estudiadas es el siguiente:
  1. adulto sano: glucosa
  2. Hipertensión arterial: colesterol total, colesterol HDL, triglicéridos, creatinina, ionograma (Na-K) en suero y anormales y sedimento en orina.
  3. Diabetes Mellitus tipo II: glucosa, colesterol total, colesterol HDL, triglicéridos, hemoglobina glicosilada en suero y anormales, sedimentos y microalbúmina en orina.
  4. Hipercolesterolemia poligénica: colesterol total, colesterol HDL y triglicéridos.
  5. En la práctica clínica de aP es frecuente la comorbilidad de los procesos estudiados. El abordaje de las recomendaciones podría unificarse en un único concepto de riesgo cardiovascular individualizado para cada combinación de las patologías anteriores, dónde obviamente podría cambiar la temporalidad de las solicitudes.

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